Noticias

  1. “Lo kafkiano” es uno de los elementos esenciales de la vida humana

    José Manuel Costas Goberna es un autor de excelencias narrativas. Y eso es algo de agradecer en momentos en que la buena literatura va, diciéndolo con delicadeza, de capa caída. Fue, por ello, un preciado honor poder publicar en Iliada Ediciones su novela La herencia Kafka, que fue presentada en Guardamar del Segura, España, el 5 de septiembre de 2019.

    Continuar leyendo «“Lo kafkiano” es uno de los elementos esenciales de la vida humana»

  2. Cuba es mi patria; y patria, igual que madre, hay una sola.

    Guardamar del Segura, 5 de septiembre, Biblioteca Pública. Ante un público que lo conoce y admira, el escritor cubano Antonio Álvarez Gil presentó su nuevo libro de cuentos: El pianista y la noche, publicado este 2019 por Iliada Ediciones en su colección Caribdis, de narrativa. Un verdadero suceso editorial que honra a Iliada Ediciones, pues se trata de uno de los más sólidos libros del género dentro de la ya amplia obra de este narrador considerado una de las voces esenciales de la actual narrativa cubana.

    Continuar leyendo «Cuba es mi patria; y patria, igual que madre, hay una sola.»

  3. Vivimos en una época en la que todo lo que no sirve a los sistemas de poder para controlar la conciencia individual es considerado (y presentado como) inútil.

     

    Las sendas de la noche es parte de una serie… ¿Qué propuestas puede encontrar el lector en esta serie?

    La serie del fin de internet incluye tres otros libros (Partita di anime, que es un spin-off de Las sendas de la noche, y las novelas La casa degli anonimi y L’ultimo angolo di mondo finito). Cada uno de estos puede ser leído independientemente y tiene sus características específicas, que apuntan a varios aspectos del mundo de la comunicación – por ejemplo, la homologación del pensamiento por causa del uso macizo de las redes sociales; el empleo de la Red para espiar la vida privada de los individuos e influenciar sus opiniones; la soledad de la naturaleza humana en un tiempo en el que, teóricamente, debería de ser muy fácil establecer contactos y relaciones con los demás. Pero siempre, como en Las sendas de la noche, el marco distópico y de reflexión social y política sirve como pretexto y premisa general para investigar la relación del ser humano consigo mismo, su autoconciencia y capacidad de relacionarse con los otros de forma auténtica y eficaz, que el entorpecimiento mental causado por el abuso de tecnología – instrumento en sí extraordinario, pero potencialmente peligroso – amenaza. Entonces, el nivel de lectura “aventuroso”, que se refiere a los acontecimientos “externos”, sirve como introducción a un nivel más profundo, filosófico y espiritual.

     

    ¿Cómo se conecta esta primera novela, y el resto de la serie, en el conectivismo italiano?

    El conectivismo es un movimiento literario de estructura abierta, lo que significa que, aunque tiene sus “principios” (que no son reglas rígidas), tiene un conjunto de sugestiones poéticas (resumidas en su manifiesto) que son como temas musicales con los que los escritos de cada autor pueden libremente entonarse. Entres los varios “temas armónicos” del conectivismo (su raíz futurista, la surrealista, la cyberpunk, por ejemplo), yo siento más mía la crepuscular, que se refiere a la experiencia de un movimiento poético que tuvo buen éxito en Italia en las primeras dos décadas del siglo XX, subrayando sobre todo las atmósferas de las afueras urbanas, de los lugares abandonados del campo y de los escenarios nocturnos. Todo esto, fundido con una sensibilidad distópica aplicada a un futuro (2025) tan cercano que es casi presente, en Las sendas de la noche me ha llevado a desarrollar un itinerario de exploración del alma humana espantada y desorientada en los tiempos de extrema liquidez social en los que ya vivimos. Entonces, vemos como el tema de la caída de internet por efecto de una tentativa de golpe de una multinacional de la comunicación y de la energía, la Macros, ubicada en Berlín, se combina con el de la autoinvestigación, a través del itinerario simbólico y arquetípico del personaje de Desmond O’Rourke, que atraviesa la misteriosa niebla blanca que cierne Cracovia, engulléndola progresivamente, para recuperar, en esa, trazas de su memoria perdida y el sentido de su trágico amor para Leyla. Last but not least, hay el tema de la identidad de una creatura robótica, el perfecto androide Luther, que se revela un sujeto pensante mucho más sensible que tantos humanos, provocándonos con una pregunta filosófica sobre el nivel de deshumanización al que la sociedad tecnológica ha llevado a muchos entre nosotros seres de carne y – teóricamente – alma.

     

    Al leer Las sendas de la noche resalta una tesis terrible: el futuro puede ser terrible por culpa de nuestros propios errores. ¿Eres de los que piensa que la literatura es un medio activo de reflexión o de quienes piensan que es puro divertimento?

    Vivimos en una época en la que todo lo que no sirve a los sistemas de poder para controlar la conciencia individual es considerado (y presentado como) inútil. Entonces, la Red, instrumento en sí precioso para trabajar y comunicar, llegando a ser un fin y no solamente un medio ha satisfecho la necesidad de autoconservación de muchas multinacionales que la gestionan, y entonces ha sido promovida como la vía por seguir. La literatura es menos útil, en este sentido, y hasta puede revelarse “peligrosa”, porque hace pensar. Y el poder teme el libre pensamiento de los individuos, porque la reflexión crítica puede llevar cada persona a comprender las dinámicas de manipulación a las que, sobre todo usando la Red, está sometida, muchas veces sin darse cuenta de esto. Pero no hay necesariamente que escribir libros aburridos para estimular una reflexión crítica. El placer de una lectura cautivante puede combinarse perfectamente con el privilegio de descubrir, gracias al texto y la propia capacidad de pensamiento y autoexploración, áreas hasta ahora poco utilizadas o descuidadas de nuestro ser y nuestra sociedad – como músculos no entrenados durante demasiado tiempo y que necesitan volver a trabajar. Mi intención siempre ha sido la de fundir estos dos aspectos.

     

    Eres ensayista y has dedicado buena parte de ese género a estudiar la majestuosa obra de Tolkien… ¿En qué sentido crees que te ha influenciado el estilo y el modo de Tolkien de ver la literatura?

    Yo soy escritor y traductor literario, entonces creo que los dos aspectos de mi trabajo reflejan la doble lección de Tolkien, como grande maestro de la literatura universal y filólogo-lingüista. La base de todo es el sonido, como también otro grande autor, italiano esta vez, Giorgio Manganelli, comentaba. Cada palabra es una combinación de sonidos que expresan un significado, y los sonidos/significados de todas las palabras de un texto se entrelazan, así como para expresar un conjunto musical y semántico. La belleza y la armonía de las páginas literarias que el Profesor de Oxford nos ha donado son su huella más profunda que nunca acaba de resonar en mí, aunque mis historias son muy diferentes de las suyas. Y, además de esto, la convicción de que, como en los mundos “paralelos” de su fantasía (véase su ensayo On Fairy-Stories), también en el nuestro, “revisado” literariamente, se esconde una vena sutil, pero muy robusta, de autenticidad y verdad hirvientes, que pueden nos reconducir a una visión del mundo libre de las toxinas de la costumbre y de la repetitividad – por supuesto, aún más nocivas en la época del aislamiento tecnológico.

     

    ¿Podrías explicar a los lectores cuál es la temática de las otras novelas de esta serie?

    Durante la presentación de Iliada Ediciones en Berlín. La librera Teresa Cosci y los escritores Amir Valle, Luis González y Hendrik Rojas, mayo 2018.

    Durante la presentación de Iliada Ediciones en Berlín. La librera Teresa Cosci y los escritores Amir Valle, Luis González y Hendrik Rojas, mayo 2018.

    Partita di anime (Partido de almas) comprende dos cuentos, uno largo casi como una novelette, y el otro más breve, ambientados respectivamente en Ámsterdam y Florencia. Se presume que el primero haya sido escrito por un autor holandés, Kasper van der Maart, y segundo por un anónimo indicado solamente con sus iniciales, G.A. Son introducidos por una carta enviada por una editora florentina, Emanuela Berti, a un ex enamorado que es un personaje menor de Senderos de noche, John Myers. El primer cuento es una suerte de novela de misterio, donde una investigación sobre un homicidio, poco antes de la caída de internet, se revela protagonizada por los diferentes aspectos de las personalidades de varios personajes, escindidas por efecto de decisiones tomadas en el pasado. El segundo es un itinerario delirante de un escritor traumatizado por el fin de una relación sentimental en una Florencia plena de visiones y fantasmas evocados por su mente errática, poco después del fin de internet.

    La casa degli anonimi (La casa de los anónimos) se ambienta en el año 2027, cuando la caída de internet se ha extendido de Europa a los Estados Unidos y al Norte de África por efecto de las actividades de un grupo de saboteadores (los “Anónimos”, que sin embargo no tienen nada que ver con los hackers de Anonymous) que ha querido así evitar que también en estas partes del mundo se formaran peligrosas concentraciones de poder. Dentro de este marco, algunos personajes nuevos, entre los que Kasper Van der Maart y Emanuela Berti, son elegidos por el movimiento de rebeldes para desarrollar una misión muy delicada, mientras en los Estados Unidos parece que está preparándose un nuevo tipo de red creado por el gobierno. Entretanto, las dificultades de comunicación han empezado a afectar también a las comunicaciones telefónicas, y dentro una misteriosa “casa” hay personajes casi metafísicos que intentan, de alguna forma, arreglar todo esto.

    L’ultimo angolo di mondo finito (El último rincón de un mundo acabado), en al año 2029, ve un mundo ya lacerado por la crisis radical de internet, a la que, en Europa, se ha añadido la difusión progresiva de “clones holográficos”, copias exactas (pero inmateriales) de cada persona que deben desarrollar el papel de guía por ella, influenciando sus elecciones personales y no sólo. Paralelamente, en los Estados Unidos, se ha impuesto una nueva red, aunque imperfecta, difundida por maxi-repetidores y multiplicada por drones que “puntean” el cielo de las principales ciudades. En este contexto general, en varias partes de Europa los protagonistas de la precedente novela intentan completar la misión dejada en sus manos por los Anónimos, mientras Kasper Van der Maart busca a una protagonista de Senderos de noche desaparecida después de aquellos acontecimientos y llegada a ser como una “musa” que lo atrae irresistiblemente: la escritora belga Kristine Klemens, que parece haber esparcido indicios destinados a él por toda Europa, hasta conducirlo a Nueva York.

     

     

  4. Juan Calderón Matador, narrar con el arte de los juglares

    «Un juglar moderno, eso es Juan Calderón Matador. Y, desde esa asunción del alma de un juglar, canta, reflexiona, cuenta, hace pensar, concentrando su acuciosa mirada en esos elementos de la cotidianidad que suelen pasar por alto quienes no tienen el don de los juglares: revivir la realidad ante los ojos de un lector que asiste, asombrado, cautivado, al milagro del renacimiento de situaciones, anécdotas, historias, que sólo se produce cuando se escucha o se lee buena literatura».

    –***–

    Así comienza el prólogo que el escritor cubano Amir Valle escribió para el libro El cuentista bajo la encina blanca, antología personal que reúne los mejores cuentos escritos por el narrador español Juan Calderón Matador entre 1968 y el 2018.

    Este libro, con el cual Iliada Ediciones rinde homenaje a la importante trayectoria de este escritor español, tuvo su presentación oficial en la ciudad Guardamar del Segura durante el mes de agosto del 2018. Su segunda presentación se realizó el 26 de noviembre en la Casa de Fieras, en el famoso Parque de El Retiro, en Madrid. A continuación reproducimos el resto del prólogo, como cortesía a nuestros lectores. Las fotos que ilustran el texto pertenecen a la presentación del libro en Madrid.

    –***–

    Un profundo sentido de pertenencia a su cultura y a su tierra es lo primero que salta a la vista en este recorrido por la cuentística del escritor español Juan Calderón Matador. Una pertenencia que hurga en las raíces de lo español, en sus claves más cotidianas, en sus profundas contradicciones, mediante historias que parecen escapadas de la realidad, incluso aunque estén teñidas en algunos casos por el absurdo, por lo onírico o por lo sobrenatural. Cuentos estos que muestran las obsesiones, los sueños, los universos íntimos y públicos de su autor, que cuenta sus mundos con la naturalidad propia de los más excelsos juglares.

    Dígase pertenencia, en el caso de la cultura española, y se dice libertad, alegría, gozo, irreverencia, al tiempo que se habla de tradición, ajiaco cultural, ríos subterráneos de sentidos que vinculan lo continental, lo insular y lo ultramarino en esa misma esencia que es hoy la historia de España. Ingredientes que conforman los escenarios de estos cuentos. Porque hay en cada historia ─incluso en aquellas que se ocupan de desgarramientos existenciales terribles─ esa atmósfera de jocosidad, esa mirada tragicómica cervantina, ese contrapunteo entre la reciedumbre del Quijote y el desparpajo de Sancho Panza, que parece tipificar muy gráficamente el modo en que los españoles se enfrentan a esos retos que han encarado en los últimos siglos, desde que llegaron a convertirse en una referencia obligada en muchos de los más importantes momentos de la historia del mundo.

    La segunda nota de distinción de los cuentos de Calderón Matador es su engañosa simplicidad: cuando los lees como piezas aisladas, crees que resultan elementales las anécdotas, aunque cada una tenga esa imantación natural con la que el juglar encanta a su público, manteniéndolo en vilo hasta el mismo final. Engañosa simplicidad porque paulatinamente se va descubriendo un hilo interno que, de modo invisible, sutil, pero con la solidez de las cadenas de acero, une el mundo narrativo de este escritor, dotándolo de un sello propio, de una mirada muy personal y conformando un fabulario nacional ─una especie de retablo de personajes y situaciones típicas de lo hispano en todas sus mezcolanzas,  coloridos y connotaciones espirituales─ que crece lenta y soberanamente con cada historia narrada.

    La visualidad, la plasticidad escénica y la teatralidad son otras de las virtudes presentes en la obra cuentística de este narrador. Quizás ello se deba a su polifacética labor creativa, ya que su pasión por las bellas artes le ha permitido consolidar una larga trayectoria como actor y como pintor, por sólo citar las dos de sus muchas ocupaciones que podrían tener mayor responsabilidad en que muchos de sus cuentos «puedan verse» mientras son leídos, o que el lector perciba, en la configuración de los escenarios y en la actuación de los personajes que desfilan en estas tramas, el olor característico de una puesta teatral en la que realidad, absurdo y fantasía son asumidas con las estrategias creativas mediante las cuales suelen configurarse esas otras manifestaciones artísticas que cultiva Calderón Matador, mixtura muy bien aceitada que garantiza una mayor calidad del texto.

    Personajes inolvidables desfilan por estos cuentos como testigos de cargo de la propia vida de Calderón Matador. Personajes populares ─de esos cuyos impactos quedarán solamente en la memoria de otra gente simple o en un nombre tallado en alguna lápida olvidada en un cementerio de pueblo─ o ilustres ─de esos que llegan a ser o a creerse imprescindibles para algunas de las áreas en que desenvuelven su existencia: la familia, el pueblo, la ciudad, la sociedad─, pero seres que cargan como cada uno de nosotros la cruz de las imperfecciones, los sueños, las frustraciones, los miedos… empecinados simplemente en vivir. Y esos extremos: el paso existencial del inadvertido y el paso luminoso y estentóreo del triunfador, son empleados como balanza por el escritor para lanzarnos un claro mensaje: esa es la vida, incomprensible, un espacio breve en el que cada persona debe responder miles de preguntas, todas las preguntas.

    Y oteando cada paso de esos personajes están sus traumas, sus conflictos: trátese de la inconformidad eterna con su destino y los secretos en Paca la tuerta; sea la horrenda violación y la venganza que desde la muerte tejió la hermosa niñera Margarita; fuese el descubrimiento de una sexualidad socialmente criticada por el protagonista de los entretelones que suceden en el Teatro Talía; trátese del dilema y los temores de la prostituta Milagritos, la pezones, o sea esa confluencia de espíritus en el rejuego existencial exquisito del pequeño cuento final «Crónicas de soledad». Traumas humanos eternos: la muerte, el amor, el miedo, la venganza, acompañados por otros menos «publicitados» a causa de las moralinas sociales, como sucede con la intolerancia hacia la tildada de «sexualidad antinatura», con la doble moral pueblerina, con el oportunismo político, con el individualismo existencial que destruye otras existencias…, notas comunes a cualquier vida, es cierto, pero que en estas historias aparecen condimentadas con esa picaresca primigenia, medular, que convirtió en modélicos de la vida popular el mundo del Lazarillo de Tormes.

    Esas reminiscencias de la gran literatura clásica española son perceptibles en toda la obra de Juan Calderón Matador. Ha sabido beber de esas fuentes y por ello en sus historias encontrará el lector esa gracia única de la mirada cervantina, irreverente y crítica, a la sociedad española; el gracejo, la jocosidad y la sabiduría popular de lo picaresco español; la poética y la espiritualidad de una prosa que hunde sus raíces en la poesía clásica española y universal, y la cáustica, irónica y filosa percepción que el mundo y la cultura modernas tiene de esa realidad social. Ello convierte a El cuentista bajo la encina blanca, de Juan Calderón Matador, en un interesante acercamiento literario al espíritu nacional español, a su costumbrismo, y a esa confluencia entre tradición y modernidad que conforman «lo hispano» actualmente.

    Una antología, sin dudas, que debe leerse sabiendo que su autor ha configurado un universo tan personal, tan vivaz, tan musical, tan coloquial que muchas veces tendremos la sensación de que es el propio juglar, Juan Calderón Matador, quien nos lee, desde la sombra de la encina blanca bajo la cual observa su vida. Y la nuestra.

  5. Alberto Garrido: Mi tesis es que sí hay una verdadera batalla espiritual

    Sé que tus lectores, querido Alberto Garrido, se preguntarán qué te impulsó, siendo uno de los escritores más reconocidos de las actuales letras cubanas, a incursionar en la literatura de tema cristiano, un terreno considerado por muchos, para decirlo en palabras de un crítico y filósofo español, «el estercolero de los libros de autoayuda».

    No leo libros de autoayuda. Realmente suelen ser un estercolero. Así que Dios me libre de escribir ese tipo de textos. Porque no creo que la vida de alguien, en ningún aspecto, se resuma a cumplir siete pasos de algo: ese conductismo barato que engaña a muchos. Por eso mismo sostengo que la pelea entre calvinistas y arminianos por los cinco credos es inútil, ya que nunca deberíamos resumir una doctrina tan grande como la salvación en cinco puntos.

    Así que, mi primera aclaración, es que La verdadera batalla del creyente NO ES un libro de autoayuda. Es un ensayo sobre un tema maltratado por la cristiandad contemporánea, tanto por la llamada nueva ola neocarismática: la llamada “guerra espiritual”, como por las corrientes cesacionistas que niegan la realidad y actualidad de esta batalla y la sepultan en el siglo primero, en las páginas del Nuevo Testamento. Son dos extremos peligrosos y antibíblicos. Continuar leyendo «Alberto Garrido: Mi tesis es que sí hay una verdadera batalla espiritual»

  6. El reto que me puse fue dibujar con palabras

    ¿Quién es Luis González, el escritor?

    Luis González, el escritor, es alguien que desde muchacho tenía una imaginación desbordada y se le daba bien escribir las composiciones que le pedían en las clases de literatura. Lo curioso es que prefería dibujar historietas en sus libretas escolares a fantasear con las letras. Yo no estaba consciente de que escribir era lo mío porque sentía más pasión por ver a los protagonistas de mis ficciones en acción y a colores que imaginármelos en el blanco y negro de las letras impresas en papel. Con el tiempo, me fui dando cuenta de que dibujar mis cuentos no terminaba de colmar mis expectativas. Los movimientos en el cómic, por muy dinámicos que parezcan, no dejan de ser estáticos. Son imágenes atrapadas en una hoja de formato A4. Y entonces, tras una larga pausa creativa, en que ni escribía ni dibujaba, redescubrí las letras que una vez subestimé. Continuar leyendo «El reto que me puse fue dibujar con palabras»

  7. Soy un caracol con una casa a cuestas

    ¿Quién es Hendrik Rojas, el escritor?

    Bueno, la verdad es que soy de alguna manera un caracol con una casa a cuestas. Tengo una mochila enorme que siempre llevo encima y en ella cargo casi todos mis proyectos, también aquellos relacionados con la literatura: los libros que estoy leyendo, los que me prestan, los que les llevo a amigos para prestarles, mis apuntes de ideas y, por supuesto, papel y lápiz. Me gusta estar listo para encauzar cualquier brote creativo. Podría decirse que soy un yonqui de la espontaneidad. Continuar leyendo «Soy un caracol con una casa a cuestas»

  8. Fischer Verlag publica antología de Ángel Santiesteban-Prats

    Junto a escritores de la talla de la hindú Arundhati Roy, del albanés Ismail Kadaré, del argelino Jean Marie Blas de Roblés o del autor bestseller irlandés John Boyne, la editorial alemana Fischer, considerada una de las dos más grandes y prestigiosas casas editoras de Alemania y Europa, ha preparado una selección de toda la obra cuentística del escritor cubano Ángel Santiesteban-Prats, cuya edición lleva un interesante epílogo del también reconocido autor cubano Abilio Estévez.

    En dicho epílogo, Estévez escribe: «En medio de ese impulso que imponían las nuevas condiciones históricas, entre los narradores y poetas que buscaban un frisson nouveau (Se refiere a los años 80.,Nota de Iliada Ediciones), pronto destacó un jovencísimo Ángel Santiesteban. Sus cuentos sobre la guerra de Angola (1975-2002), por ejemplo, en la que miles de cubanos encontraron una muerte absurda. Cuentos escritos con una prosa cuidadísima y limpia, que no buscaban destacar ninguna gesta, que no exaltaban el patriotismo, la “solidaridad entre los pueblos hermanos”, las virtudes de la guerra, sino entrar en la tragedia del hombre forzado por una Historia que lo conculcaba, lo aplastaba y lo anulaba. Sus cuentos nada tenían que ver con el libelo para uso de la propaganda».

    Y más adelante, para referirse a la diferencia entre aquel joven escritor y el soberbio narrador que hoy es Santiesteban, agrega Estevez:

    Continuar leyendo «Fischer Verlag publica antología de Ángel Santiesteban-Prats»

  9. La vida constantemente nos emplaza los caminos y uno decide cuál emprender

    Entrevista al escritor cubano Ángel Santiesteban Prats

    Por Amir Valle

    Durante más de una década, precisamente a partir de luchas invisibles que se producían entre las promociones literarias actuantes en la Cuba literaria de los años noventa, el nombre de Ángel Santiesteban apareció mencionado en muchas ocasiones, pero siempre extrañamente vinculado a la condición de “promesa”, aún cuando ninguno de los escritores de otras promociones (convertidos en críticos literarios que juzgaban el nuevo fenómeno que representó la llamada Promoción del 90 o Novísimos) había logrado escribir cuentos de la fuerza y trascendencia de este, por entonces, muy joven narrador.

    Continuar leyendo «La vida constantemente nos emplaza los caminos y uno decide cuál emprender»