“Lo kafkiano” es uno de los elementos esenciales de la vida humana

José Manuel Costas Goberna es un autor de excelencias narrativas. Y eso es algo de agradecer en momentos en que la buena literatura va, diciéndolo con delicadeza, de capa caída. Fue, por ello, un preciado honor poder publicar en Iliada Ediciones su novela La herencia Kafka, que fue presentada en Guardamar del Segura, España, el 5 de septiembre de 2019.

 

Si tuviera que recomendar a un lector potencial su novela La herencia Kafka, ¿qué le diría para incentivar su interés?

En mi novela La herencia Kafka, todo buen lector encontrará al hombre Kafka y sus grandes sueños. Podrá verlo de una manera muy diferente a la que estamos acostumbrados a leer en los trabajos escritos sobre él. Yo intento quitarle esas máscaras para ver al hombre normal que él quería ser, con un mundo interior muy rico. Esta novela llevará al lector a conocer hechos históricos, conseguidos con el mayor de los cuidados, que se van intercalando en la narración del tema principal de la historia, y despertarán el interés por descubrir algunos enigmas ocultos en el  juego de realidad y ficción.

 

Kafka, pese a lo mucho que se ha escrito sobre él, sigue siendo un misterio. ¿En qué sentido puede un personaje tan controvertido del pasado siglo ayudar a entender estos años que vivimos, curiosamente, «tan kafkianos»?

“Lo kafkiano” no lo inventó Kafka. “Lo kafkiano” es uno de los elementos esenciales de la vida humana. El absurdo, la estupidez, el sinsentido, lo ilógico, la lucha estéril, los desórdenes de la existencia, todo ello pertenece a la esfera más profunda de la naturaleza humana. La “genialidad” de Kafka reside en su “valentía más acertada”: no le dio miedo explorar las oscuridades del ser humano y sacar a la luz todos esos materiales. Leer a Kafka “duele”, porque nos descubre lo que somos. Necesitamos humor, mucho sentido del humor, para leer sus escritos y aceptar sus descubrimientos. El Proceso, quizá su obra más conocida, sobre todo después de la película genial de Orson Welles, nos describe un hecho que no tiene ninguna explicación; nada lógico hay en cuanto ahí ocurre. Sin embargo, esto mismo se da sin cesar en la vida diaria. La Transformación, además del absurdo representado por los comentarios que en la habitación se desarrollan, lleva consigo un humor que deja atónito al que lo sabe leer: un escarabajo observando al ser humano y reflexionando sobre lo que dice y lo que hace. El Castillo es un lugar al que no se llega nunca. En la vida del hombre existen muchos momentos en los que emprendemos un camino, en los que nos introducimos con unos objetivos, pero las circunstancias hacen que nunca se llegue al final; el camino se bifurca constantemente y encontramos obstáculos que no nos dejan seguir adelante. En este caso el absurdo se presenta en querer llegar a un lugar que no tiene acceso. Igual que cada día intentamos conseguir lo que no podemos.

 

Su novela rinde homenaje a una serie de nombres de la cultura universal que nos dejaron un legado humanista incuestionable. Ello le inscribe en ese cada vez mas corto listado de escritores que apuestan por «hacer pensar» en tiempos en que parece imponerse el criterio de que la literatura tiene que divertir y sólo divertir. ¿Cómo ve José Manuel Costas Goberna la literatura que hoy se escribe en la lengua de Cervantes?

De la misma manera que los grandes novelistas como Dostoievski, Tolstoi, Galdós, Balzac, etc. han escrito de una forma coherente y objetiva y nos han dejado un legado insustituible, hay otros autores que han añadido una enorme riqueza al arte de escribir; autores que han utilizado recursos nuevos y se han comprometido con una nueva forma de contar una historia. Mis maestros siempre están presentes en mi obra. La herencia Kafka es un homenaje no solamente a Kafka, sino también a todos los escritores que a principios del siglo XX abrieron los nuevos caminos de expresión que renovaron el mundo de la literatura. Ahora bien, lo que hoy se publica en la lengua de Cervantes mueve más a la indiferencia que al optimismo. Dejémoslo ahí.

 

Siguiendo ese camino de «hacer pensar» al lector, más allá de las obvias marcas de su estilo como escritor, ¿podemos encontrar vínculos, puentes, que unan La herencia Kafka con sus novelas anteriores?

En la mayoría de mi obra busco horizontes nuevos para expresar lo que deseo contar. Para mí, escribir es una diversión, el máximo placer de sentirme vivo. Creo que mis novelas son todas diferentes. Pero, como no puede ser de otro modo, hay constantes que siempre se repiten. Me gusta investigar la vida de grandes autores y recrear un mundo que yo considero que no se ha tenido en cuenta a la hora de hablar de ellos. Me alimento de todo lo que encuentro escrito sobre cada uno. Como lo mío es novelar, invento y creo una historia; sin faltar a la verdad histórica introduzco la ficción de hechos que mi imaginación me muestra como ciertos. La ficción me deja recrear una vida dentro de otra vida. La herencia Kafka está escrita de ese modo. Mis amores con Anna Freud es una “ojeada” a Freud y al psicoanálisis. Cuerpos salvajes está basada en mi visión sobre ciertos hechos reales que formaron parte de la vida de Georges Simenon. Ahora estoy metido en una historia sobre Velázquez, sobre el hombre que fue y del que tantas cosas se han ocultado. Otro tema que se repite en mi obra es el análisis psicológico de la mujer. Creo que el intramundo femenino no tiene fin. Otra de mis constantes es la obsesión por la estructura. Juego con ella como si se tratase de la construcción de un edificio. Pongo terrazas, las quito y las sustituyo por balcones, luego por ventanas. Así hasta que llego a lo que me gusta. Indudablemente, mi investigación intelectual me ha llevado a este juego que me divierte tanto.

Antonio Álvarez Gil, Amir Valle y José Manuel Costas Goberna durante la presentación den Guardamar del Segura, el 5 de septiembre de 2019.

Antonio Álvarez Gil, Amir Valle y José Manuel Costas Goberna durante la presentación den Guardamar del Segura, el 5 de septiembre de 2019.

En tiempos de monopolio de las grandes editoriales, ¿qué le ha hecho sumarse a eso que el escritor y editor, Amir Valle, fundador y director de la editorial, ha llamado en una reciente entrevista «locura editorial en homenaje a la genial locura de ese empecinado soñador conocido como Homero»?

Considero que una obra literaria tiene la obligación de hacer pensar, reflexionar, plantearse preguntas. Comparto con Amir Valle su genial locura de recuperar a los clásicos. Los dos creemos en la fórmula magistral de Nietzsche: “El que vuelve a los orígenes encontrará siempre orígenes nuevos”.

LIBRO ACTUALMENTE A LA VENTA EN ESTE LINK: La herencia Kafka, Iliada Ediciones, 2019