La ficción está para poder poner en cuestión cosas que la realidad no te permite

PEDRO ANTONIO CURTO (País Vasco, España). Es un prestigioso articulista de prensa.Desde temprana edad su familia se traslada a la ciudad asturiana de Gijón. Ha publicado los libros de relatos Crónicas del asfalto y Los viajes de Eros, y las novelas Un grito en la agonía, El tango de la ciudad herida, Los amantes del hotel Tirana (novela ganadora del Premio Ciudad Ducal de Loeches, 2009) y Decir Deseo. Ganador de diversos premios literarios, entre ellos, el Premio Internacional de Periodismo Miguel Hernández 2010.

Esta entrevista nace con motivo de la publicación en la colección Caribdis de su novela Blues de los cuchillos.

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Si tuvieras que explicar a tus potenciales lectores qué van a encontrar en tu libro, ¿qué les dirías?

Van a encontrar una historia abierta, narrada a tres voces, que confluyen en torno a un mundo del arte como modo de vida, al circo como espacio simbólico, uno de los últimos colectivos nómadas y que se verán enfrentados a la ciudad sedentaria, que es nuestro modelo de vida.

Es evidente que la novela aprovecha el entorno del circo para cuestionar la vida, la realidad misma de ese mundo que habitamos. Es una inmensa parábola. Esta mirada obliga a pensar que eres de esos autores que confieren a la literatura un papel en la sociedad. Literatura: ¿diversión o responsabilidad intelectual?

No hay literatura sin ejercicio intelectual, del tipo que sea. La literatura debe hacernos pensar, aunque sea a través del sentimiento o cualquier otra emoción. La ficción está para poder poner en cuestión cosas que la realidad no te permite, para troceando esa realidad, descubrir los agujeros negros o al menos, intentarlo. Debemos meternos en un libro como quien se mete en un laberinto,  incluso a riesgo de no salir de él, pues lo importante es el viaje. Además, buena parte de los libros que perduran son los libros-laberinto.

También es muy curioso que en Blues de los cuchillos ciertas situaciones hagan guiños cómplices a grandes como Kafka, pero también contengan dosis muy sugerentes de poesía. Se impone entonces que hablemos de tus maestros e influencias literarias.

Kafka es uno de mis referentes y en esta novela es posiblemente donde más presente está. Uno de los temas del Blues de los cuchillos es el deseo y la violencia en su sentido de transgresión de la norma, que es algo muy de George Bataille. Después está el personaje femenino, Yamile, que al hablar desde primera persona y con una intimidad poética, tiene influencia de diversas voces como Anaïs Nin o Marguerite Duras. Y aunque sea de una manera velada, la poesía confesional de Alejandra Pizarnik o Sylvia Plath.

Blues de los cuchillos muestra algunas de las caras de esa violencia en la que hoy mismo el mundo está hundido, violencia contenida en muchos sentidos por el amor, lo que confiere a la obra, sin dejar de ser literatura española, un aliento universal. Siguiendo la tesis que planteas en la novela ¿cuál sería el antídoto de tus personajes contra esa violencia que se ceba en ellos mismos, en sus relaciones interpersonales, en su entorno?

Dos personajes del Blues de los cuchillos se relacionan a través de una violencia simbólica, el lanzamiento de cuchillos, que no es necesariamente malo y que está cargado por una pasión que no logran encontrar fuera del escenario. Luego se encontraran con una violencia estructural en la ciudad sedentaria, que es mucho más grave. En otra parte está el tercer personaje, el mimo, que utiliza el silencio para intentar enmudecer la violencia que ha padecido desde siempre.

“Madame Bovary soy yo”, dijo Flaubert y eso se ha impuesto como credo para muchos escritores: su obra los refleja, los representa. ¿Hasta qué punto ese lanzador de cuchillos tiene del Pedro Antonio Curto que lo creó?

Desde luego que mí obra me representa, si en algún lugar estoy es en mis libros, en mis escritos. Creo que los tres personajes tienen algo de mí, aunque su mundo y sus experiencias vitales me sean lejanas, pero precisamente investigar en algo un tanto desconocido para mí, es lo que me los acerca.

Pregunta gastada, pero siempre necesaria para los lectores. ¿En qué nuevo proyecto anda ahora mismo Pedro Antonio Curto? 

Estoy trabajando en algo que se podría definir como ensayo y que de una manera un tanto hibrida gira en torno a la enfermedad y todas sus implicaciones personales y sociales, la que estamos padeciendo como sociedad enferma con la Pandemia y la particular, con tres postulados fundamentales, reflexión, investigación y testimonio personal.