Cualquier lugar del mundo puede ser ruinosamente igual de repetitivo


RAY FAXAS (Camagüey, Cuba, 1975) Poeta y narrador cubano. Su primer libro, Apuntes desde el filo de la navaja (décimas), fue publicado en el 2001 por la editorial Sanlope. En el 2003 obtuvo el premio nacional de cuento “Manuel Cofiño» con el libro de relatos La carne de los insectos. Ese mismo año se alzó con el premio de poesía El Caimán Barbudo con el poemario Poemas del Viernes. Su tercer libro, Dorso de Figuras, fue publicado por la editorial Letras Cubanas en el año 2005. En el año 2008 ganó el premio Cirilo Villaverde con la novela La caverna y el premio de poesía Heredia con el poemario Las dulces bestias. En Cuba trabajó en la sección de prensa de la Editorial Digital CubaLiteraria del Instituto Cubano del Libro. Actualmente reside en Miami.

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Si tuvieras que explicar a tus potenciales lectores qué van a encontrar en tu libro, ¿qué les dirías?

Si te has levantado una mañana de finales de diciembre a menos 6 grados bajo cero y has respirado ese aire frío y estático que lo llena todo a tu alrededor; si te has sentado (esa misma mañana) en un pequeño banco de madera, después de apartar la nieve acumulada la noche anterior, vistiendo ropa de verano miamense o del Francisco-Guayabal  de Pío Leyva y no has hecho nada, simplemente sentarte a observar la inmensidad que se despliega ante tus ojos como si fuera un cielo tormentoso; entonces puede ser que aprecies más la vida. Es decir, yo no tengo la facultad para hablar de mis propios libros. Eso le corresponde a otros. Buscar un significado en lo que escribo no deja de ser un juego ingenuo y peligroso. Pero si insistes te diría que el lector encontrará en este libro la realidad cotidiana de unos seres terriblemente ordinarios, sin ambiciones, otros misántropos, que intentan vivir sus vidas lo mejor que pueden, aunque no siempre lo logren. Que se lanzan a la espesura de una ciudad anestesiada con todo su egoísmo a cuestas. Yo, que soy de un pueblo donde sus habitantes insisten en ostentar sus leves glorias mientras esconden muy dentro de ellos su verdadera esencia, te puedo asegurar que cualquier lugar del mundo puede ser ruinosamente igual de repetitivo.

 

Obviamente también hay que preguntar: ¿por qué el título? y ¿logran engañar estos personajes al mundo?

El engaño es una de las más refinadas conductas del ser humano. Los perros, los cuervos, los pulpos, por muy inteligentes que sean, nunca insisten en engañar a sus semejantes todo el tiempo como ocurre entre nosotros. La doble moral, lo miserable, el egoísmo, el oportunismo, la violencia (en todas sus manifestaciones), son comportamientos que van a prevalecer en  unos más que en otros, al igual que el engaño… Por lo general los títulos de mis libros, ya sean cuentos,  novelas (los poemas no tanto), u obras de teatro, me han llegado en ese momento de iluminación que cada ser humano posee. Y es en  ese estado casi trascendental cuando comienzo a escribir las primeras líneas, hasta que el texto en sí mismo va tomando forma. Sin embargo, no ocurrió así con este libro. Después de tener las tres historias reunidas comprendí que necesitaban un título que abarcara a los tres textos y que, a su vez, fuera diferente. Y me llegó de pronto, casi como un susurro.

 

Con la editora y compañera de la vida, Margarita Mosquera.

Con la editora y compañera de la vida, Margarita Mosquera.

Una de las cosas que más interés ha despertado apenas salir es el uso de la sexualidad, el erotismo como mecanismo, por igual, de configuración del mundo interno de los personajes y como reflejo de un entorno social sexualizado. ¿Hasta dónde es un proceso creativo consciente o simplemente resultado de una tendencia bastante visible en la narrativa cubana actual?

No estoy al tanto de lo que se está publicando dentro de la isla. Te recuerdo que yo salí de Cuba en el año 2009 y desde entonces no publicaba nada (solo algunos textos aislados en antologías). En la feria del libro del 2010 de Pinar del Río se debía presentar mi novela corta La caverna, que había ganado el premio Cirilo Villaverde y que es una de las tres historias perteneciente a Tres maneras de engañar al mundo, sin embargo no hubo tal presentación, porque yo había decidido salir del país y por lo tanto había dejado de ser parte de ese movimiento literario. Y aunque el libro al fin se imprimió no sé cuál fue su destino. Si algo he querido hacer desde entonces es darle una segunda oportunidad a ese texto, y gracias a Ediciones Ilíada esto ha sido posible. Si mis libros son parte de alguna tendencia o el resultado de un movimiento artístico, no es de forma deliberada o consciente. Lo que sí puedo asegurarte es que esa oscuridad, esa obscenidad, esa deformación, ese instinto de aniquilamiento y desmesura, ese odio arcaico y demoledor, esa sexualidad que encuentras en las páginas de mis libros, no me enorgullecen, pero me pertenecen, son mías, y cuando llega el momento, sé cómo vivir con ellas, cómo emanciparlas o simplemente sumergirlas en mi propia oscuridad.

 

Desde hace un tiempo resides en Estados Unidos, ¿qué ha cambiado eso en el escritor que eras en Cuba?

Con uno de los grandes escritores cubanos, su amigo, el poeta y narrador Carlos Esquivel Guerra.

Antes de vivir en Miami (que no es Estados Unidos y eso hay que dejarlo bien claro, porque Miami es como un apéndice de Cuba) viví un año en London, Ontario, Canadá. En ese año, mientras pintaba townhouses, escribí mi mejor libro de poesía, todavía inédito. Después mi esposa, su hijo, la esposa de este y yo, cruzamos el puente que atraviesa el río Niágara y llegamos a tierra estadounidense. Estuvimos una semana en casa de unos amigos en New Jersey antes de volar a Miami. Lo único que ha cambiado del escritor que era en Cuba con respecto al escritor que soy en Miami es que los fines de semana puedo manejar a más de 70 millas por hora en las autopistas, mientras escucho en la radio rock clásico, o tomarme un café espresso cada mañana hecho con la solemnidad que ese acto merece.

 

Es muy interesante que estas tres historias, pese a su dureza, tengan una atmósfera poética muy marcada… Se impone entonces preguntar cuándo se produjo el salto del Ray poeta al Ray narrador y en qué sentido esos géneros se complementan o se rechazan en la práctica creativa.

Aunque mis primeros libros publicados fueron de poesía, también en ese tiempo escribía narrativa. Nunca existió ese salto porque siempre se confabularon ambos géneros. Mi poesía es más rabiosa que mi narrativa, o por lo menos así me siento cuando la escribo. La poesía me atormenta un poco más, me hace que escarde esas malas hierbas que no dejan de crecer en mi interior. Pienso que la narrativa, al ser un proceso más lento, pierde lo tropeloso e hiriente que intento recrear en ella, y al final se convierte en algo más placentero o siniestro. He llorado con muchos poemas pero nunca con un cuento o una novela cuando he terminado de escribirlos, o con el que considero mi mejor libro, que es una obra de teatro.

 

Con otro gran amigo, el escritor Frank Castell.

Pregunta gastada, pero siempre necesaria para los lectores. ¿En qué nuevo proyecto anda ahora mismo Ray Faxas?

Cuando trabajas 9 horas al día en algo que solo produce cansancio y un poco de dinero para pagar tu techo, tu pan y algo del sustento de tu familia en Cuba, entonces no te queda tiempo extra para quemar tu rabia en una Dell arcaica. Ahora mismo es más lo que leo que lo que escribo. Y a veces me asusta el hecho de no poder escribir más. Ese simple pensamiento me ha desvelado noches enteras, como también me desvela el cinismo de los gobernantes y el oportunismo humano. Si me preguntaras ahora qué necesitaría para comenzar mi próximo libro, te respondería que unas 99 noches en medio del ártico, completamente solo, sintiendo la calidez de un frío inmenso mientras contemplo la plenitud de un paisaje montañoso y cubierto de nieve, serían suficientes.